La investigación y la producción agrÃcolas tienen un vÃnculo asimétrico
Un estudio de la UBA señaló que el sistema cientÃfico nacional investiga temas diferentes a los que demanda el agro. Mientras que en los cuatro cultivos más importantes se investigó rendimiento, genética y calidad de grano, los productores demandaron, sobre todo, información sobre control de adversidades.
Rotili señaló que mientras que la ciencia investigó mayormente el rendimiento, la genética y la calidad industrial de los cultivos, un sector de los productores del agro requirió información vinculada al control de adversidades -plagas, malezas y enfermedades- y a la fertilización de los cultivos. El trabajo de Diego está publicado en la revista de divulgación cientÃfica Ciencia Hoy.
Los productores y sus necesidades
Para estudiar qué piden los asesores y los productores, Rotili examinó más de 15 mil consultas realizadas en el sitio Agroconsultas Online entre 2011 y 2019. A partir de la información indicó que el control de malezas, plagas y de enfermedades dominó el pedido de asesoramiento en los cuatro cultivos. En soja y en girasol representó alrededor del 80%; en maÃz, el 62% y en trigo, el 57%. En los tres primeros se consultó más por el control de malezas, y en trigo, por el control de enfermedades.
"Hay una demanda de los productores agropecuarios que serÃa muy bueno satisfacer. A futuro, lo ideal es tratar de generar espacios en los que los productores y los investigadores se junten e interactúen más y mejor. Responder a las inquietudes de los asesores y productores serÃa uno de los impactos positivos de la investigación cientÃfica argentina", reflexionó Rotili, quien es docente de la cátedra de Cerealicultura de la FAUBA, y añadió que hay muchas aristas más para examinar.
La ciencia tranqueras adentro
"Como parte de mi trabajo, medà el impacto del sistema cientÃfico en temas agropecuarios, y lo hice en términos de publicaciones en revistas del área", explicó Rotili, y agregó que tal impacto se relaciona con la cantidad y la calidad de los trabajos publicados. Diego resaltó que el mayor número de publicaciones se dio en trigo, maÃz, soja y girasol, los más producidos en el paÃs. En cuanto a los temas que más se abordaron en los trabajos cientÃficos, el docente apuntó que, si bien variaron en función de cada cultivo, en general, el tópico más frecuente fue la genética vinculada a la determinación de los rendimientos.
En otro aspecto de la cantidad, Diego tomó a los 10 principales paÃses productores de trigo, maÃz, girasol y soja, y analizó la relación entre el volumen de granos que aportan a nivel global y la cantidad de trabajos cientÃficos que publican sobre cada cultivo. "En el caso de trigo, maÃz y girasol, la Argentina aporta trabajos cientÃficos de manera proporcional a los volúmenes que produce de cada uno, mientras que para la soja esta relación se modifica. La Argentina a escala mundial es el principal exportador de harina y aceite de soja, y el tercer mayor exportador de grano, sin embargo sólo genera el 3% de los artÃculos cientÃficos sobre el cultivo". Rotili sugirió que la investigación pública deberÃa encarar en mayor medida el estudio de este cultivo.
Por otro lado, Rotili afirmó que el paÃs produce conocimiento de alta calidad. Por detrás del primer pelotón que conforman Estados Unidos y Francia, entre otros, la Argentina lidera un segundo grupo de paÃses. Naciones que cuentan con niveles de producción de grano similares al de la Argentina, como Ucrania, Rusia e Indonesia, publican trabajos cientÃficos de menor calidad. A partir de este resultado, Rotili consideró que las y los cientÃficos argentinos conocen las estrategias para publicar estudios en revistas de primer nivel.
Instituciones e individuos
¿Quiénes investigan en la Argentina? Rotili contó que entre 2000 y 2018, 175 organizaciones diferentes produjeron conocimiento cientÃfico agropecuario y remarcó que sólo cinco generaron más de la mitad de los trabajos. "Las universidades nacionales en conjunto, con la UBA a la cabeza, fueron las que más estudios publicaron. Luego, siguieron el CONICET y el INTA. También se dieron numerosas colaboraciones entre entes nacionales e instituciones extranjeras de más de 80 paÃses. En particular, con Estados Unidos, Brasil y España".
A Rotili le llamó la atención la forma en que funciona la publicación de papers en la investigación agropecuaria: "Más que producto de una polÃtica institucional, parecerÃa ser que en diferentes instituciones hay grupos de investigadores que producen mucho conocimiento". Para finalizar, destacó que, a nivel general, la producción cientÃfica en las últimas dos décadas aumentó cuando el Estado invirtió más presupuesto en investigación y desarrollo agropecuario, y que para el nivel de inversión destinado al sector, se producen trabajos cientÃficos de gran calidad".