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¿Se puede controlar a las moscas de la fruta sin aplicar insecticidas?

Estos insectos causan pérdidas económicas cuantiosas en la Argentina. Un estudio académico estableció por qué los métodos genéticos para frenar la plaga fallan sistemáticamente. Se proponen posibles soluciones para aplicarlos con éxito.

Journal of Applied Biotechnology and Bioengineering.

"Otro resultado clave del trabajo es que para establecer los genotipos a partir de los cuales producir las moscas macho es indispensable realizar estudios ‘de interacción genotipo x ambiente'. Esto implica determinar cómo los distintos ambientes naturales pueden modificar la genética de ambas especies, la del Mediterráneo y la sudamericana". Basso añadió que es clave determinar los genotipos más frecuentes en cada población geográfica para usarlos en desarrollar los machos estériles para cada población.

¿Cómo sabemos que son machos?

"La manipulación genética de las moscas en laboratorio se realiza cuando están en estado de larva", aclaró Alicia Basso, y agregó: "Es importante conocer el ciclo del insecto. Las larvas emergen de los huevos que pone la hembra en la fruta y se desarrollan en la pulpa. En cierto momento, salen del fruto y caen a la tierra, donde comienza el proceso de endurecimiento de la cutícula larval para transformarse en pupa. Dentro del pupario -una especie de cascarón duro- se destruyen los tejidos larvales y comienza el proceso de metamorfosis, que termina cuando se convierten en moscas con alas y patas, o sea, en insectos adultos".

La investigadora indicó que para seleccionar sólo a los machos, a las larvas se les produce -por medio de una metodología compleja- una mutación en un gen particular. Este gen hará de marcador genético porque genera dos características alternativas. "Tras la mutación, la pupa puede ser marrón o negra, o el desarrollo, normal o acelerado. Luego, con técnicas genéticas específicas vinculamos ese gen marcador al cromosoma que hace que una mosca sea macho y, entonces, por esta característica puntual podemos diferenciar a los machos de las hembras".

A modo de ejemplo, en su trabajo, Basso detalló que en C. capitata, el marcador genético donde se produjo la mutación fue el gen llamado sw, que afecta la velocidad de desarrollo de las moscas. Una vez vinculado ese gen al cromosoma que define que un individuo sea macho, se los pudo separar con facilidad porque se desarrollaban mucho más rápido que las hembras.

El control genético de las moscas de la fruta es posible

"Si bien para algunos países, ciertas frutas que hospedan a Ceratitis y Anastrepha pueden no ser de importancia económica, igual funcionan como ‘criaderos' de moscas. Por eso, es fundamental que consideremos que cada población de esta plaga incluye un grupo de genotipos distintos cuyas frecuencias fluctúan al compás de cambios climáticos. Para avanzar en los métodos genéticos de control es indispensable que se estudien las diferentes poblaciones naturales en distintas localidades", dijo Alicia.

Para la investigadora, es imperativo estudiar la compatibilidad genética entre la o las cepas que se liberen al ambiente y la población silvestre de moscas de la fruta a controlar. "El éxito del control genético depende de esa compatibilidad de apareamiento. Justamente, y como resalté antes, la genética de una población de moscas de la fruta es heterogénea. Por eso, debemos investigar si esos diferentes genotipos son compatibles con la cepa de machos estériles con que ‘inundaremos' el ambiente".

"¿Es posible y necesario erradicar las moscas de la fruta?", se preguntó Basso. "La verdad que no. Además, ¿Cómo asegurarnos de haberlas eliminado a todas? Eso sólo podrían lograrlo ciertas condiciones climáticas o ecológicas. En la actualidad, los controles incluyen usar insecticidas químicos, que contaminan el ambiente. La mejor alternativa son los métodos genéticos, ya que se valen de las moscas para su propio control. Pero si no se muestrean genéticamente las poblaciones naturales y no se verifica la compatibilidad entre éstas y los machos estériles, las posibilidades de éxito seguirán siendo nulas. El objetivo de la Técnica de Macho Estéril es controlar la densidad poblacional para que la plaga no perjudique los cultivos".