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Camelina

Camelina: El cultivo que combina rentabilidad y sostenibilidad mientras reduce la huella de carbono

Camelina, el cultivo oleaginoso invernal, mejora la estructura del suelo, compite con malezas y genera biocombustibles de baja huella de carbono. Su producción se expande en Argentina.

Para mejorar la plantabilidad, Camelina Company -empresa que se encuentra en Argentina y que pertenece a Global Clean Energy Holdi junto a Rizobacter incorporaron el tratamiento de pildorado en la semilla de sus variedades de Camelina, que son más de 20 a nivel mundial.

Rizobacter, con su expertise en tratamiento de semillas desde hace más de 40 años, suma tecnología de pildorado logrando que el cultivo se inicie de manera adecuada, aumentando el tamaño de semilla para su correcta distribución en trenes de siembra y permitiendo la emergencia correcta de la especie. Para este tratamiento, suma también a Rizoderma como biofungicida y a Vitagrow TS como bioestimulante.

Ambos productos son propios de la compañía líder en soluciones biológicas para el agro y no solo aportan mejoras sustanciales en el crecimiento aéreo y radicular, sino que, debido a su formulación biológica y orgánica respectivamente, reducen las emisiones de carbono desde su elaboración y reemplazan insumos de origen sintético en la producción agropecuaria.

Camelina Company, con su introducción en el país desde hace más de dos campañas, junto con su colaborador estratégico Louis Dreyfus Company (LDC), han sido responsables del crecimiento del cultivo. Ahora, pasarán a distribuir semilla identificada de una superficie de 5.000 hectáreas en la campaña 2023 a 35.000 hectáreas en la campaña que se avecina. Las proyecciones se incrementarán para las campañas venideras como consecuencia de que el productor ve oportunidades al combinarse servicio, renta y sustentabilidad.

El trabajo conjunto entre Camelina Company, Rizobacter y LDC es un claro ejemplo de que el aporte tecnológico individual por parte de diferentes empresas del sector forma una sinergia beneficiosa para las especies cultivables del país y contribuye a una agricultura regenerativa y al cuidado del medio ambiente.

La integración vertical y horizontal crece en diferentes partes del mundo y Argentina es testigo de esa transformación cultural