Mario Leiva: “El sector primario de Mendoza está en situación de emergencia económica”Leiva asegura que se debe declarar esa condición cuanto antes. Sostiene que el panorama que se presenta para la producción es absolutamente negativo.
Comparte su condición de presidente de la Rural valletana con la de delegado de la Confederación de Asociaciones Rurales de Mendoza ante CRA nacional.
Expone la cruda realidad de los sectores productivos primarios de su zona, que tiene un peso relevante en la economía agrícola mendocina: es la que recibió uno de los mayores flujos de inversiones extranjeras en vitivinicultura; es una de las más importantes en términos de producción frutícola y la mayor productora de hortalizas pesadas en la provincia.
Mario Leiva repasa la situación de distintos sectores y concluye que, ante este escenario se impone la declaración de emergencia económica.
-¿Qué resultado deja el balance de la última temporada hortícola en la zona?
El balance hortícola en el Valle de Uco, teniendo en cuenta que la producción más importante es el ajo, podríamos calificarlo como desastre económico. El ajo Morado en verde se pagó, en promedio, $0,50 el kilo y se entregó mucho ajo a los galpones, sin precio. El producto seco -de ese mismo tipo comercial- sin tratar, se pagó a un promedio de $1 en el mejor de los casos.
En el ajo chino, tratado, los precios oscilaron en torno a los $2, y en tamaños muy grandes y cantidades irrelevantes se llegó a pagar $2,50. Teniendo en cuenta los rindes promedio obtenidos en la provincia, en ningún caso se logró cubrir los costos de producción, ni aún considerando esas pocas operaciones a mayor precio.
-¿La situación fue distinta en el caso puntual de alguna de las otras hortalizas cultivadas en la zona?
En papa, hay menos superficie cultivada (40% menos) porque viene de tres años de malos precios, hay restricción de agua y las temperaturas de diciembre fueron muy elevadas. El precio arrancó en $25 la bolsa, y actualmente se ubica en $45 con un rendimiento promedio de 600 bolsas por hectgárea.
Con esos valores, teniendo en cuenta esa producción, la rentabilidad queda muy comprometida. La zanahoria, sobre todo en la zona de Tupungato, los primeros 15 días de enero se pagó $1 el kilo y hoy se amesetó en $0,35 el kilo; y comparte también las dificultades con otros cultivos de menor área, por la poca disponibilidad de agua para riego.
-¿Cuál es el panorama de la producción frutícola del Valle de Uco al cierre de la campaña?
En fruta para consumo en fresco, los mejores precios -durante 15- días los tuvo el durazno de transporte y la manzana, pero con volúmenes irrelevantes en esta zona. Por el durazno y por la manzana primicia se llegó a pagar $2,50 el kilo. Pero en lo que no es primicia, la manzana dio renta negativa, se pagó $1,40 en callejón; y la pera entre $0,90 y $1 en sus mejores calidades. Y hay que tener en cuenta que tanto en pera como en manzana, llegar a obtener las mejores calidades (como la que exigen algunos empaques en la zona) tiene un costo de $1,20 por kilo. La manzana para industria se pagó $0,45 el kilo; y el durazno de fábrica se ha pagado de $1,20 a $1,40 el kilo.
Es el mismo precio que el año pasado y es una de las mejores frutas pagadas. Es obvio suponer que también en este caso la renta es negativa, si tenemos en cuenta el 30% de suba de costos.
-¿Y la situación del sector vitivinícola?
Similar a las otras producciones. Tuvimos restricción de agua, ola de calor en diciembre y corrimiento por fuertes vientos. Esto dejó como resultado una merma del 25% en promedio, en todo el Valle de Uco. Por otra parte, el panorama de oferta que conocemos no da para el optimismo. Refiriéndonos en todos los casos a precios por quintal de uva -y de calidades que podríamos considerar supremas- se habla de $200 para Cabernet, $450 Malbec y $100 Merlot, pagaderos en cuotas allá lejos.
Una vez más, la producción primaria financia, y es la variable de ajuste de la actividad vitivinícola. Tenemos el caso de algunas bodegas líderes que, del total de uvas que reciben, van a pagar el 30% y el 70% va a elaboración de vino, sin precio.
-Con este escenario… ¿cómo piensan seguir?
Evidentemente, el panorama es absolutamente negativo. El sector primario de Mendoza está en situación de emergencia económica. Por eso, a partir de este análisis, solicitamos a las comisiones de Economía de las Cámaras de Diputados y Senadores, la declaración formal de Emergencia Económica para el sector primario, que contemple tres aspectos para que el productor pueda permanecer en sus fincas:Libreta de Trabajo para el personal temporario, cuyo diseño lo enviamos a la Comisión de Economía del Senado; suspensión de todo juicio por mora con organismos estatales y entidades crediticias y una postergación de los plazos debido a esta emergencia, y créditos blandos para capital de trabajo.
- Mencionó la escasa disponibilidad de agua como uno de los problemas comunes a distintas producciones. ¿Están pensando en mejorar el uso del recurso?
Presentamos un proyecto al Ministerio de Agricultura de la Nación, con el apoyo de técnicos del Departamento General de Irrigación, tomándole la palabra al ministro Norberto Yahuar, que asumió el compromiso de ayudarnos durante una reunión con nuestra Confederación.
Solicitamos, esencialmente, que los créditos PROSAP Provincia tengan un componente interpredial, en las mismas condiciones que se entregan a la provincia. Esto es para que los productores puedan incorporar tecnología para el manejo del agua dentro de su propiedad, con los mismos plazos y tasas que el BID aplica a este programa.
-Algunos sostienen que, además de inversiones en el sistema, hay prácticas por corregir, y que eso es responsabilidad de los productores…
Escuchamos con mucha preocupación a algunos intendentes de la provincia, sostener que los productores riegan mal. Más allá del aspecto tendencioso de estas opiniones, queremos informarles a esos funcionarios -como a la población en general- que los productores han invertido, durante estos años, en distintas tecnologías, desde instrumentos que permiten nivelar vía satelital, hasta la utilización de mangas en las cabeceras de los surcos, algo que se ha generalizado últimamente.
Esto no quiere decir que el sector no necesite más inversiones; de hecho, son necesarias, para impermeabilizar represas, instalar sistemas de riego por goteo, etc. El productor es consciente de esto, no sólo para regar mejor y obtener mayor productividad, sino porque la disponibilidad de agua es menor. Pero no todos están en condiciones de hacer esas inversiones, menos aún con el panorama que acabamos de exponer.
Comparte su condición de presidente de la Rural valletana con la de delegado de la Confederación de Asociaciones Rurales de Mendoza ante CRA nacional.
Expone la cruda realidad de los sectores productivos primarios de su zona, que tiene un peso relevante en la economía agrícola mendocina: es la que recibió uno de los mayores flujos de inversiones extranjeras en vitivinicultura; es una de las más importantes en términos de producción frutícola y la mayor productora de hortalizas pesadas en la provincia.
Mario Leiva repasa la situación de distintos sectores y concluye que, ante este escenario se impone la declaración de emergencia económica.
-¿Qué resultado deja el balance de la última temporada hortícola en la zona?
El balance hortícola en el Valle de Uco, teniendo en cuenta que la producción más importante es el ajo, podríamos calificarlo como desastre económico. El ajo Morado en verde se pagó, en promedio, $0,50 el kilo y se entregó mucho ajo a los galpones, sin precio. El producto seco -de ese mismo tipo comercial- sin tratar, se pagó a un promedio de $1 en el mejor de los casos.
En el ajo chino, tratado, los precios oscilaron en torno a los $2, y en tamaños muy grandes y cantidades irrelevantes se llegó a pagar $2,50. Teniendo en cuenta los rindes promedio obtenidos en la provincia, en ningún caso se logró cubrir los costos de producción, ni aún considerando esas pocas operaciones a mayor precio.
-¿La situación fue distinta en el caso puntual de alguna de las otras hortalizas cultivadas en la zona?
En papa, hay menos superficie cultivada (40% menos) porque viene de tres años de malos precios, hay restricción de agua y las temperaturas de diciembre fueron muy elevadas. El precio arrancó en $25 la bolsa, y actualmente se ubica en $45 con un rendimiento promedio de 600 bolsas por hectgárea.
Con esos valores, teniendo en cuenta esa producción, la rentabilidad queda muy comprometida. La zanahoria, sobre todo en la zona de Tupungato, los primeros 15 días de enero se pagó $1 el kilo y hoy se amesetó en $0,35 el kilo; y comparte también las dificultades con otros cultivos de menor área, por la poca disponibilidad de agua para riego.
-¿Cuál es el panorama de la producción frutícola del Valle de Uco al cierre de la campaña?
En fruta para consumo en fresco, los mejores precios -durante 15- días los tuvo el durazno de transporte y la manzana, pero con volúmenes irrelevantes en esta zona. Por el durazno y por la manzana primicia se llegó a pagar $2,50 el kilo. Pero en lo que no es primicia, la manzana dio renta negativa, se pagó $1,40 en callejón; y la pera entre $0,90 y $1 en sus mejores calidades. Y hay que tener en cuenta que tanto en pera como en manzana, llegar a obtener las mejores calidades (como la que exigen algunos empaques en la zona) tiene un costo de $1,20 por kilo. La manzana para industria se pagó $0,45 el kilo; y el durazno de fábrica se ha pagado de $1,20 a $1,40 el kilo.
Es el mismo precio que el año pasado y es una de las mejores frutas pagadas. Es obvio suponer que también en este caso la renta es negativa, si tenemos en cuenta el 30% de suba de costos.
-¿Y la situación del sector vitivinícola?
Similar a las otras producciones. Tuvimos restricción de agua, ola de calor en diciembre y corrimiento por fuertes vientos. Esto dejó como resultado una merma del 25% en promedio, en todo el Valle de Uco. Por otra parte, el panorama de oferta que conocemos no da para el optimismo. Refiriéndonos en todos los casos a precios por quintal de uva -y de calidades que podríamos considerar supremas- se habla de $200 para Cabernet, $450 Malbec y $100 Merlot, pagaderos en cuotas allá lejos.
Una vez más, la producción primaria financia, y es la variable de ajuste de la actividad vitivinícola. Tenemos el caso de algunas bodegas líderes que, del total de uvas que reciben, van a pagar el 30% y el 70% va a elaboración de vino, sin precio.
-Con este escenario… ¿cómo piensan seguir?
Evidentemente, el panorama es absolutamente negativo. El sector primario de Mendoza está en situación de emergencia económica. Por eso, a partir de este análisis, solicitamos a las comisiones de Economía de las Cámaras de Diputados y Senadores, la declaración formal de Emergencia Económica para el sector primario, que contemple tres aspectos para que el productor pueda permanecer en sus fincas:Libreta de Trabajo para el personal temporario, cuyo diseño lo enviamos a la Comisión de Economía del Senado; suspensión de todo juicio por mora con organismos estatales y entidades crediticias y una postergación de los plazos debido a esta emergencia, y créditos blandos para capital de trabajo.
- Mencionó la escasa disponibilidad de agua como uno de los problemas comunes a distintas producciones. ¿Están pensando en mejorar el uso del recurso?
Presentamos un proyecto al Ministerio de Agricultura de la Nación, con el apoyo de técnicos del Departamento General de Irrigación, tomándole la palabra al ministro Norberto Yahuar, que asumió el compromiso de ayudarnos durante una reunión con nuestra Confederación.
Solicitamos, esencialmente, que los créditos PROSAP Provincia tengan un componente interpredial, en las mismas condiciones que se entregan a la provincia. Esto es para que los productores puedan incorporar tecnología para el manejo del agua dentro de su propiedad, con los mismos plazos y tasas que el BID aplica a este programa.
-Algunos sostienen que, además de inversiones en el sistema, hay prácticas por corregir, y que eso es responsabilidad de los productores…
Escuchamos con mucha preocupación a algunos intendentes de la provincia, sostener que los productores riegan mal. Más allá del aspecto tendencioso de estas opiniones, queremos informarles a esos funcionarios -como a la población en general- que los productores han invertido, durante estos años, en distintas tecnologías, desde instrumentos que permiten nivelar vía satelital, hasta la utilización de mangas en las cabeceras de los surcos, algo que se ha generalizado últimamente.
Esto no quiere decir que el sector no necesite más inversiones; de hecho, son necesarias, para impermeabilizar represas, instalar sistemas de riego por goteo, etc. El productor es consciente de esto, no sólo para regar mejor y obtener mayor productividad, sino porque la disponibilidad de agua es menor. Pero no todos están en condiciones de hacer esas inversiones, menos aún con el panorama que acabamos de exponer.