Sentarse en la misma mesaLos problemas comerciales se han convertido en un común denominador de varias de las cadenas productivas del sector agropecuario. El trigo, la carne, la leche… y, ahora también, la yerba se ven afectadas por complicaciones económicas en los eslabones productivo y de consumo. En el primero, los precios estancos se ven carcomidos por el alza de los costos, en el segundo, los números fueron escalando en el mostrador. En el medio, nadie sabe.
En este sentido, una de las grandes materias pendientes es la producción lechera. Las limitantes que sufre en materia comercial esta actividad impactan sustancialmente en las economías regionales por la mano de obra que significan los tambos en los pueblos.
“La lechería es arraigo y trabajo genuino. Por eso, debería ser defendida, si no es por el gobierno nacional, por los gobernadores de las provincias tamberas”, dijo el presidente de la Sociedad Rural Argentina, Hugo Luis Biolcati, durante la conferencia de prensa que se realizó en Rafaela, provincia de Santa Fe, donde más de 400 tamberos de las cuencas lecheras de la Argentina se reunieron para pedir una recomposición urgente del precio de la leche en tranquera.
Los precios están congelados hace un año pero los costos aumentaron un 23% y el precio al consumidor subió hasta un 30%. “A eso hay que sumar el aumento que permitió el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, de hasta un 18% en algunos rubros del sector lácteo”, expresó el presidente de Confederaciones Rurales Argentinas, Rubén Ferrero, en el marco de ese encuentro.
Mientras desde el gobierno se sigue reforzando la premisa de proteger la mesa de los argentinos, desde el sector sostienen que en la mayoría de estos casos no es necesario tocar el precio del mostrador para mejorar la situación de los productores.
Sobre este punto, CRA impulsó una serie de actividades que plantea justamente un análisis sobre la brecha que se abre entre un eslabón y otro en diferentes actividades. Es un ciclo mensual que se denomina “De la Tierra a la Mesa” y que la próxima semana analizará la diferencia de precios existente en los productos lácteos, la carne ovina, la naranja, la mandarina y la lechuga. “En este contexto actual de desinformación en materia de números económicos que conciernen al sector agropecuario, “De la Tierra a la Mesa” deja a la luz que los productores no son formadores de precios, no influyen en el encarecimiento de la “mesa de los argentinos” y no son responsables de la inflación”, explica un comunicado emitido desde la entidad.
Desde 2008, el argumento oficial plantea como escudo la protección de la mesa de los argentinos. Con los alimentos sobre la mesa, está claro que ni productores ni consumidores salieron beneficiados por esta premisa. Habrá que pensar, entonces, si no es más próspero defender una mesa de diálogo en la que todos los eslabones: los de las puntas y los del medio pongan de manifiesto sus necesidades y sus propuestas. Una mesa en la que en definitiva se sienten todos.
En este sentido, una de las grandes materias pendientes es la producción lechera. Las limitantes que sufre en materia comercial esta actividad impactan sustancialmente en las economías regionales por la mano de obra que significan los tambos en los pueblos.
“La lechería es arraigo y trabajo genuino. Por eso, debería ser defendida, si no es por el gobierno nacional, por los gobernadores de las provincias tamberas”, dijo el presidente de la Sociedad Rural Argentina, Hugo Luis Biolcati, durante la conferencia de prensa que se realizó en Rafaela, provincia de Santa Fe, donde más de 400 tamberos de las cuencas lecheras de la Argentina se reunieron para pedir una recomposición urgente del precio de la leche en tranquera.
Los precios están congelados hace un año pero los costos aumentaron un 23% y el precio al consumidor subió hasta un 30%. “A eso hay que sumar el aumento que permitió el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, de hasta un 18% en algunos rubros del sector lácteo”, expresó el presidente de Confederaciones Rurales Argentinas, Rubén Ferrero, en el marco de ese encuentro.
Mientras desde el gobierno se sigue reforzando la premisa de proteger la mesa de los argentinos, desde el sector sostienen que en la mayoría de estos casos no es necesario tocar el precio del mostrador para mejorar la situación de los productores.
Sobre este punto, CRA impulsó una serie de actividades que plantea justamente un análisis sobre la brecha que se abre entre un eslabón y otro en diferentes actividades. Es un ciclo mensual que se denomina “De la Tierra a la Mesa” y que la próxima semana analizará la diferencia de precios existente en los productos lácteos, la carne ovina, la naranja, la mandarina y la lechuga. “En este contexto actual de desinformación en materia de números económicos que conciernen al sector agropecuario, “De la Tierra a la Mesa” deja a la luz que los productores no son formadores de precios, no influyen en el encarecimiento de la “mesa de los argentinos” y no son responsables de la inflación”, explica un comunicado emitido desde la entidad.
Desde 2008, el argumento oficial plantea como escudo la protección de la mesa de los argentinos. Con los alimentos sobre la mesa, está claro que ni productores ni consumidores salieron beneficiados por esta premisa. Habrá que pensar, entonces, si no es más próspero defender una mesa de diálogo en la que todos los eslabones: los de las puntas y los del medio pongan de manifiesto sus necesidades y sus propuestas. Una mesa en la que en definitiva se sienten todos.