CRA en los Medios
Continúa la escasez de yerba y aceite en las góndolas a pesar de la batalla mediática Hortalizas: 1.500 % de diferencia entre lo que reciben productores y lo que pagan consumidores.
Las críticas y advertencias del gobierno nacional a través de los medios no han cambiado para nada el panorama en las góndolas de los supermercados las cuales continúan prácticamente vacías en lo que hace a yerba y aceite, los cuales se van reponiendo a cuentagotas y con la limitación de compra por parte del grupo familiar que puede acceder a uno o dos unidades.
Los cupos de compra de productos ya se han convertido en una habitualidad para los clientes quienes ante la escasez y la suba paulatina de los precios, han optado por abastecerse de los mismos cada vez que pueden, lo que genera una nueva dificultad al crítico panorama que se presenta en todo el país y de la que el Chaco para nada está al margen.
Se puede notar que los supermercados carecen de variedad de marcas en cuanto a los productos con limitaciones, además de que cada vez que entra uno de esos productos en forma inmediata se agota a pesar de los cupos que se imponen.
Las diferencias
Por otra parte, y como ocurre habitualmente en determinadas estaciones del año, hay productos que ingresan con precios elevadísimo, tal lo que ocurre ahora con los morrones.
En este contexto, a través de la agencia Noticias Argentinas se conoció un informe de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA) donde se sostiene que hay diferencias de hasta 1.500 por ciento entre precios que reciben productores por las hortalizas y el de las góndolas.
Así surge del informe presentado en la segunda jornada del ciclo anual “De la Tierra a la Mesa”, organizado por CRA. Sin embargo, la brecha no superó la presentación de marzo, donde la diferencia del valor de las medialunas en góndola de supermercados, hipermercados y almacenes respecto del precio del trigo llegó al 11.000 por ciento.
Juan Cruz Rey Kelly, economista de CRA, dijo que utilizó el índice de precios al consumidor de la provincia de San Luis por considerar que refleja mejor la anterior composición que tenía el antiguo INDEC para medir. Los analistas de CRA destacaron que los productores agropecuarios no son formadores de precios, no influyen en la inflación y son junto a los consumidores los eslabones más perjudicados de la cadena.
La compulsa realizada por los técnicos arrojó como resultado que el consumidor paga en góndola 14 pesos en promedio por un kilo de lechuga y el productor recibe 0,88 pesos. Así, la diferencia de precio que paga el consumidor es de 1.500 por ciento en el caso de la lechuga, fundamentalmente producida en las provincias de Buenos Aires y Santa Fe.
Respecto de la mandarina con origen en Entre Ríos, Corrientes y Misiones el consumidor paga 3,50 pesos por kilo con una diferencia de 1.300 por ciento sobre lo que recibe el productor, que es 0,25 pesos.
Los técnicos evaluaron el kilo de carne ovina que se produce en Chubut, Santa Cruz y Río Negro y donde el productor puede esperar 27 meses para vender el cordero. El consumidor paga en góndola 50 pesos y el productor 19 pesos el kilo, la diferencia es de 160 por ciento.
Las críticas y advertencias del gobierno nacional a través de los medios no han cambiado para nada el panorama en las góndolas de los supermercados las cuales continúan prácticamente vacías en lo que hace a yerba y aceite, los cuales se van reponiendo a cuentagotas y con la limitación de compra por parte del grupo familiar que puede acceder a uno o dos unidades.
Los cupos de compra de productos ya se han convertido en una habitualidad para los clientes quienes ante la escasez y la suba paulatina de los precios, han optado por abastecerse de los mismos cada vez que pueden, lo que genera una nueva dificultad al crítico panorama que se presenta en todo el país y de la que el Chaco para nada está al margen.
Se puede notar que los supermercados carecen de variedad de marcas en cuanto a los productos con limitaciones, además de que cada vez que entra uno de esos productos en forma inmediata se agota a pesar de los cupos que se imponen.
Las diferencias
Por otra parte, y como ocurre habitualmente en determinadas estaciones del año, hay productos que ingresan con precios elevadísimo, tal lo que ocurre ahora con los morrones.
En este contexto, a través de la agencia Noticias Argentinas se conoció un informe de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA) donde se sostiene que hay diferencias de hasta 1.500 por ciento entre precios que reciben productores por las hortalizas y el de las góndolas.
Así surge del informe presentado en la segunda jornada del ciclo anual “De la Tierra a la Mesa”, organizado por CRA. Sin embargo, la brecha no superó la presentación de marzo, donde la diferencia del valor de las medialunas en góndola de supermercados, hipermercados y almacenes respecto del precio del trigo llegó al 11.000 por ciento.
Juan Cruz Rey Kelly, economista de CRA, dijo que utilizó el índice de precios al consumidor de la provincia de San Luis por considerar que refleja mejor la anterior composición que tenía el antiguo INDEC para medir. Los analistas de CRA destacaron que los productores agropecuarios no son formadores de precios, no influyen en la inflación y son junto a los consumidores los eslabones más perjudicados de la cadena.
La compulsa realizada por los técnicos arrojó como resultado que el consumidor paga en góndola 14 pesos en promedio por un kilo de lechuga y el productor recibe 0,88 pesos. Así, la diferencia de precio que paga el consumidor es de 1.500 por ciento en el caso de la lechuga, fundamentalmente producida en las provincias de Buenos Aires y Santa Fe.
Respecto de la mandarina con origen en Entre Ríos, Corrientes y Misiones el consumidor paga 3,50 pesos por kilo con una diferencia de 1.300 por ciento sobre lo que recibe el productor, que es 0,25 pesos.
Los técnicos evaluaron el kilo de carne ovina que se produce en Chubut, Santa Cruz y Río Negro y donde el productor puede esperar 27 meses para vender el cordero. El consumidor paga en góndola 50 pesos y el productor 19 pesos el kilo, la diferencia es de 160 por ciento.