Comunicado de la Comisión Avícola de CRASin productores no hay producción posible.
Desde Confederaciones Rurales Argentinas alertamos sobre la grave situación de un sector de la producción: los productores integrados de pollos. Los mismos recibieron un severo golpe a su ya diezmada economía dado por el aumento, entre otros, del precio del gas que se utiliza para calefaccionar a los pollitos, y la electricidad.
Es nuestra responsabilidad advertir a las autoridades, que deben velar para que el trabajo rural siga siendo sostenible y fuente de arraigo, que estos cimbronazos provocan el cierre de granjas con los problemas y consecuencias sociales que acarrea esta penosa situación.
Debemos bregar para lograr un equilibrio entre las partes intervinientes en este trabajo muy específico y con particularidades, que genera valor agregado, divisas a nuestro país y provee un producto sano, fresco, nutritivo y económico a las mesas. Por ello, el precio que reciben los productores debe contemplar esta nueva realidad económica.
Por todo esto la cadena de producción no debe tener eslabones débiles y vulnerables. La integración debe ser una alternativa viable y razonablemente equilibrada para todos los actores de la misma y no solo para un sector (los integradores) que hacen valer su posición dominante. Esa es la función del Estado.
Sin productores no hay producción posible.
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Desde Confederaciones Rurales Argentinas alertamos sobre la grave situación de un sector de la producción: los productores integrados de pollos. Los mismos recibieron un severo golpe a su ya diezmada economía dado por el aumento, entre otros, del precio del gas que se utiliza para calefaccionar a los pollitos, y la electricidad.
Es nuestra responsabilidad advertir a las autoridades, que deben velar para que el trabajo rural siga siendo sostenible y fuente de arraigo, que estos cimbronazos provocan el cierre de granjas con los problemas y consecuencias sociales que acarrea esta penosa situación.
Debemos bregar para lograr un equilibrio entre las partes intervinientes en este trabajo muy específico y con particularidades, que genera valor agregado, divisas a nuestro país y provee un producto sano, fresco, nutritivo y económico a las mesas. Por ello, el precio que reciben los productores debe contemplar esta nueva realidad económica.
Por todo esto la cadena de producción no debe tener eslabones débiles y vulnerables. La integración debe ser una alternativa viable y razonablemente equilibrada para todos los actores de la misma y no solo para un sector (los integradores) que hacen valer su posición dominante. Esa es la función del Estado.
Sin productores no hay producción posible.