En siembra directa, el zapallo duplica los rindesEn el INTA Hilario Ascasubi demostraron que con la incorporación de esta práctica conservacionista el cultivo alcanzó los 50.000 kilos por hectárea.
Para potenciar la producción de cucurbitáceas y hacer más sustentables los sistemas productivos, investigadores del INTA Hilario Ascasubi, Buenos Aires, producen diferentes especies de zapallos bajo siembra directa y riego por goteo.
"Por la gran cantidad de recursos, tiempo e insumos que demanda la producción de cucurbitáceas decidimos incorporar la tecnología de siembra directa y fertirriego por goteo a los cultivos de hortalizas pesadas", señaló Juan Pablo D´Amico, investigador de esa unidad del INTA.
En la geografía del Valle bonaerense del río Colorado predominan los suelos arenosos con bajos niveles de materia orgánica y gran susceptibilidad a la erosión. Sin embargo, las condiciones climáticas y el riego la convierten en una de las zonas hortícolas más importantes del país.
Cubrir el suelo con restos vegetales de cosechas anteriores previene la erosión, ayuda a conservar la humedad y reduce la cantidad e intensidad de las labores que se realizan a lo largo del ciclo productivo. Además, la localización del riego y la fertilización mediante el goteo mejora considerablemente los resultados.
Según informaron desde el INTA, la cobertura del suelo no sólo mejora la estructura del propio recurso, sino que, además, permite un control más eficiente de las malezas y reduce el uso de herbicidas
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Para potenciar la producción de cucurbitáceas y hacer más sustentables los sistemas productivos, investigadores del INTA Hilario Ascasubi, Buenos Aires, producen diferentes especies de zapallos bajo siembra directa y riego por goteo.
"Por la gran cantidad de recursos, tiempo e insumos que demanda la producción de cucurbitáceas decidimos incorporar la tecnología de siembra directa y fertirriego por goteo a los cultivos de hortalizas pesadas", señaló Juan Pablo D´Amico, investigador de esa unidad del INTA.
En la geografía del Valle bonaerense del río Colorado predominan los suelos arenosos con bajos niveles de materia orgánica y gran susceptibilidad a la erosión. Sin embargo, las condiciones climáticas y el riego la convierten en una de las zonas hortícolas más importantes del país.
Cubrir el suelo con restos vegetales de cosechas anteriores previene la erosión, ayuda a conservar la humedad y reduce la cantidad e intensidad de las labores que se realizan a lo largo del ciclo productivo. Además, la localización del riego y la fertilización mediante el goteo mejora considerablemente los resultados.
Según informaron desde el INTA, la cobertura del suelo no sólo mejora la estructura del propio recurso, sino que, además, permite un control más eficiente de las malezas y reduce el uso de herbicidas