¿Y si en lugar de aumentar la presión tributaria a la Producción Agropecuaria, probamos reduciendo el gasto desmedido del Estado y la clase política?Comunicado de la Sociedad Rural de Santa Fe.
Una serie de manifestaciones y hechos ocurridos estos días, ponen en evidencia que un sector de la clase política sigue sin entender al campo, sosteniendo ideas preconcebidas que trasuntan un preocupante desconocimiento de la realidad, o lo que sería peor, un mal intencionado desconocimiento de ella.
Para empezar desde lo más antiguo, y como manifestara hace pocos días en un artículo periodístico con notable claridad nuestro dirigente agropecuario Néstor Vittori, desde la época del kirchnerismo se transformó la derrota del entonces gobierno en su batalla por imponer las retenciones móviles de la nefasta Resolución 125, en una venganza contra el campo, asociando a todas las Provincias en la participación en el "Fondo Sojero", mediante el cual les cedió el 30% de esos ingresos, que pasaron a engrosar sus Presupuestos.
Así, terminaron los gobernadores, Intendentes y Presidentes Comunales de todos los colores políticos en socios del gobierno central, porque ingreso que se instala a favor del Estado no se toca más. Antes de apoyar la eliminación de un recurso, por injusto que sea, se lo defiende a capa y espada, con tal de no ceder un milímetro en la reducción de un gasto.
Luego aparece la reiterativa sugerencia del Gobernador de Jujuy, Gerardo Morales, aliado de Cambiemos, de aumentar las retenciones al campo, porque entre otros argumentos de no ser así "a la crisis la van a pagar los pobres y la clase media".
Señor Gobernador, piensa Usted que los pequeños y medianos ganaderos, tamberos y agricultores de nuestro país, que constituyen más del 90% de la población que se dedica a la explotación agropecuaria, pertenecen a una clase alta de nuestra sociedad? Creemos que está cometiendo un grosero error, y estamos dispuestos a demostrarle a qué clase social pertenece ese grupo de productores, con números reales de sus ingresos, costos y riesgos. Verá Usted que sus economías familiares están insertas sin dudas en las clases medias y bajas de nuestra sociedad; muy lejos de la situación de la clase política argentina, que salvo honrosas excepciones goza de privilegios propios de clases altas.
Valoramos su valentía en combatir en su Provincia la nefasta herencia del gobierno anterior y la situación que Usted heredó. Pero lo llamamos a que reflexione sobre su idea de las retenciones a nuestro sector, porque está cometiendo, reiteramos, un grosero error.
Por último, aparece el ex funcionario kirchnerista Sergio Massa, afirmando que "Argentina necesita con urgencia terminar con quienes saquean al país vendiendo productos primarios, en lugar de generar empleo produciendo y exportando trabajo argentino".
Recibió como respuesta contundentes manifestaciones de repudio, a las que adherimos con énfasis; la actividad agropecuaria invierte millones de dólares bajo tierra, con resultado incierto que depende del clima y de las políticas anti producción del político de turno; ostenta en el país un avance tecnológico comparable con el de las potencias mundiales, muy a la vanguardia de cualquier otra actividad nacional; genera empleo a millones de personas en la producción de maquinaria para agricultura, ganadería, tambo y otras actividades, semillas genéticamente mejoradas, agroquímicos, vehículos rurales, radares y drones, inversiones en la construcción en los centros urbanos, etc.
Fue tal la contundencia de esta reacción justa y lógica de todos los que trabajamos en el campo, que ahora ensayó una aclaración diciendo que se refería a la minería. Señor Massa, aplicando el conocido refrán, "no aclare que oscurece".
Por último, un tema que compromete al Poder Ejecutivo Nacional (PEN) y al Congreso de la Nación: la inclusión en el Presupuesto 2019 (llamado Ley de Leyes) del artículos 83, mediante el cual se pretende otorgar al PEN la facultad de incrementar las retenciones a la soja hasta el 33%, desde su aprobación hasta el 31 de diciembre de 2020.
No queda claro por qué el PEN pide esa facultad, y si el Congreso se la va a otorgar. Lo que sí queda claro es que si se pide es para aplicarla, y si se le otorga es porque se está de acuerdo con que se aplique. Lo grave es que el Congreso delegue facultades que le son propias por mandato constitucional; e irrita el sugestivo silencio de la mayoría nuestros Legisladores Nacionales por nuestra Provincia.
¿Y si en lugar de aumentar la presión tributaria a la Producción Agropecuaria, probamos reduciendo el gasto desmedido del Estado y la clase política?
Reiteramos, estamos dispuestos a discutir con números en la mano los resultados de nuestras empresas agropecuarias. Si se quiere trabajar con honestidad intelectual y hacer los ajustes donde corresponde, tienen Ustedes la obligación de aceptar esta propuesta.
Esperemos esta vez ser escuchados, y no que el próximo Presupuesto Nacional se convierta en una herramienta para continuar con la fiesta de los privilegiados del gasto público que pagamos no sólo la actividad agropecuaria, sino todo el resto de los argentinos.
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Una serie de manifestaciones y hechos ocurridos estos días, ponen en evidencia que un sector de la clase política sigue sin entender al campo, sosteniendo ideas preconcebidas que trasuntan un preocupante desconocimiento de la realidad, o lo que sería peor, un mal intencionado desconocimiento de ella.
Para empezar desde lo más antiguo, y como manifestara hace pocos días en un artículo periodístico con notable claridad nuestro dirigente agropecuario Néstor Vittori, desde la época del kirchnerismo se transformó la derrota del entonces gobierno en su batalla por imponer las retenciones móviles de la nefasta Resolución 125, en una venganza contra el campo, asociando a todas las Provincias en la participación en el "Fondo Sojero", mediante el cual les cedió el 30% de esos ingresos, que pasaron a engrosar sus Presupuestos.
Así, terminaron los gobernadores, Intendentes y Presidentes Comunales de todos los colores políticos en socios del gobierno central, porque ingreso que se instala a favor del Estado no se toca más. Antes de apoyar la eliminación de un recurso, por injusto que sea, se lo defiende a capa y espada, con tal de no ceder un milímetro en la reducción de un gasto.
Luego aparece la reiterativa sugerencia del Gobernador de Jujuy, Gerardo Morales, aliado de Cambiemos, de aumentar las retenciones al campo, porque entre otros argumentos de no ser así "a la crisis la van a pagar los pobres y la clase media".
Señor Gobernador, piensa Usted que los pequeños y medianos ganaderos, tamberos y agricultores de nuestro país, que constituyen más del 90% de la población que se dedica a la explotación agropecuaria, pertenecen a una clase alta de nuestra sociedad? Creemos que está cometiendo un grosero error, y estamos dispuestos a demostrarle a qué clase social pertenece ese grupo de productores, con números reales de sus ingresos, costos y riesgos. Verá Usted que sus economías familiares están insertas sin dudas en las clases medias y bajas de nuestra sociedad; muy lejos de la situación de la clase política argentina, que salvo honrosas excepciones goza de privilegios propios de clases altas.
Valoramos su valentía en combatir en su Provincia la nefasta herencia del gobierno anterior y la situación que Usted heredó. Pero lo llamamos a que reflexione sobre su idea de las retenciones a nuestro sector, porque está cometiendo, reiteramos, un grosero error.
Por último, aparece el ex funcionario kirchnerista Sergio Massa, afirmando que "Argentina necesita con urgencia terminar con quienes saquean al país vendiendo productos primarios, en lugar de generar empleo produciendo y exportando trabajo argentino".
Recibió como respuesta contundentes manifestaciones de repudio, a las que adherimos con énfasis; la actividad agropecuaria invierte millones de dólares bajo tierra, con resultado incierto que depende del clima y de las políticas anti producción del político de turno; ostenta en el país un avance tecnológico comparable con el de las potencias mundiales, muy a la vanguardia de cualquier otra actividad nacional; genera empleo a millones de personas en la producción de maquinaria para agricultura, ganadería, tambo y otras actividades, semillas genéticamente mejoradas, agroquímicos, vehículos rurales, radares y drones, inversiones en la construcción en los centros urbanos, etc.
Fue tal la contundencia de esta reacción justa y lógica de todos los que trabajamos en el campo, que ahora ensayó una aclaración diciendo que se refería a la minería. Señor Massa, aplicando el conocido refrán, "no aclare que oscurece".
Por último, un tema que compromete al Poder Ejecutivo Nacional (PEN) y al Congreso de la Nación: la inclusión en el Presupuesto 2019 (llamado Ley de Leyes) del artículos 83, mediante el cual se pretende otorgar al PEN la facultad de incrementar las retenciones a la soja hasta el 33%, desde su aprobación hasta el 31 de diciembre de 2020.
No queda claro por qué el PEN pide esa facultad, y si el Congreso se la va a otorgar. Lo que sí queda claro es que si se pide es para aplicarla, y si se le otorga es porque se está de acuerdo con que se aplique. Lo grave es que el Congreso delegue facultades que le son propias por mandato constitucional; e irrita el sugestivo silencio de la mayoría nuestros Legisladores Nacionales por nuestra Provincia.
¿Y si en lugar de aumentar la presión tributaria a la Producción Agropecuaria, probamos reduciendo el gasto desmedido del Estado y la clase política?
Reiteramos, estamos dispuestos a discutir con números en la mano los resultados de nuestras empresas agropecuarias. Si se quiere trabajar con honestidad intelectual y hacer los ajustes donde corresponde, tienen Ustedes la obligación de aceptar esta propuesta.
Esperemos esta vez ser escuchados, y no que el próximo Presupuesto Nacional se convierta en una herramienta para continuar con la fiesta de los privilegiados del gasto público que pagamos no sólo la actividad agropecuaria, sino todo el resto de los argentinos.