Avanza la siembra de los cultivos estivales en Santiago del EsteroLa superficie proyectada para la campaña 2024/25 indica que el área sembrada con maíz sería un 49% inferior a la de la campaña anterior. En cambio, se prevé que la siembra de soja y maní aumente un 40%.
La superficie proyectada para la campaña 2024/25 indica que el área sembrada con maíz sería un 49% inferior a la de la campaña anterior. En cambio, se prevé que la siembra de soja y maní aumente un 40% en comparación con la campaña pasada, y que la superficie sembrada con sorgo y girasol registre un incremento cercano al 20%, informó la Bolsa de Cereales de Córdoba (BCCBA).
Estimación de superficies de cultivos estivales en diciembre para la campaña que inicia:
SOJA: 1,5 millones de ha; 43% intercampaña.
MAÍZ: 486 mil de ha; 49% intercampaña.
SORGO: 28 mil ha; 20% intercampaña.
GIRASOL: 6 mil ha; 22% intercampaña.
MANÍ: 5 mil ha; 40% intercampaña.
Girasol
Con la siembra de la oleaginosa finalizada en diciembre, más de la mitad de la superficie se encontraba en la etapa fenológica R1. El resto de los lotes se distribuye entre un 10% en la fase V3 y un 32% en R7. Está variación en la fenología del cultivo se debe a que la evolución de los cultivos es diferente debido a que algunos se sembraron a fines de agosto, mientras que otros lo hicieron hacia finales de octubre.
A pesar de los desafíos que han provocado estrés tanto por falta de agua como por altas temperaturas, más del 80% de los lotes se encontraban en un estado de desarrollo que va de bueno a excelente.
En cuanto a plagas, los referentes de la zona informaron una incidencia moderada de isoca medidora (Rachiplusia nu).
Sorgo
El avance de siembra del sorgo en diciembre fue del 31%, un ritmo superior al de la campaña pasada, aunque inferior al promedio histórico.
Con el 100% de los lotes en estado fenológico 1, más del 80% de la superficie se encontraba en buen a excelente estado general.
Soja
En diciembre, el avance de siembra se acercó al 10%, un ritmo inferior tanto al de la campaña pasada como al promedio histórico. Según los técnicos zonales, el 100% de los lotes sembrados se encontraba en estado de emergencia (VE), y más del 90% presentaba un estado general entre excelente y bueno.
En cuanto a plagas, se registró una presencia baja a media de las siguientes: picudo negro (Rhyssomatus subtilis), bicho bolita (Armadillidium vulgare), caracol, chinche de los cuernos (Dichelops furcatus), trips (Caliothrips phaseoli), oruga bolillera (Helicoverpa gelotopoeon) y oruga medidora (Rachiplusia nu).
Maíz
El avance de siembra, aunque incipiente, muestra un ritmo superior al de la campaña pasada, aunque sigue siendo inferior al promedio histórico. Según los reportes, una pequeña porción de los lotes sembrados se encuentra en la fase V1, representando el 8% del total. En cambio, más del 50% de los lotes ha alcanzado la fase V5, y más del 30% se encuentra en V8. Estas etapas corresponden al desarrollo de las hojas del maíz, siendo V1 el momento en que se desarrolla la primera hoja, V5 la quinta hoja, y V8 la octava hoja. El avance en estas fases es crucial para el crecimiento vegetativo de la planta, ya que una correcta formación de las hojas asegura una mayor capacidad de fotosíntesis, lo que repercute directamente en el rendimiento final del cultivo. El estado general del cultivo es positivo, con más del 80% de los lotes en condiciones de buen a excelente estado, lo que reflejaría un buen potencial productivo.
Por otro lado, los colaboradores han reportado una incidencia media de cogollero del maíz (Spodoptera frugiperda) y de chicharrita (Dalbulus maidis). El riesgo de la presencia reportada de chicharrita es considerable, ya que su nivel de daño resulta preocupante. Esta plaga es responsable del complejo de achaparramiento del maíz (CSS), una condición que interfiere negativamente en el crecimiento de las plantas, limitando su capacidad de desarrollo vegetativo. Como resultado, el rendimiento del cultivo puede verse significativamente reducido. Además, su presencia en los departamentos de Robles, Juan F. Ibarra, Moreno, Belgrano y Aguirre, junto con la alta presencia de maíz voluntario, aumenta la probabilidad de que el problema se agrave si no se toman las medidas adecuadas para controlarla.
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La superficie proyectada para la campaña 2024/25 indica que el área sembrada con maíz sería un 49% inferior a la de la campaña anterior. En cambio, se prevé que la siembra de soja y maní aumente un 40% en comparación con la campaña pasada, y que la superficie sembrada con sorgo y girasol registre un incremento cercano al 20%, informó la Bolsa de Cereales de Córdoba (BCCBA).
Estimación de superficies de cultivos estivales en diciembre para la campaña que inicia:
SOJA: 1,5 millones de ha; 43% intercampaña.
MAÍZ: 486 mil de ha; 49% intercampaña.
SORGO: 28 mil ha; 20% intercampaña.
GIRASOL: 6 mil ha; 22% intercampaña.
MANÍ: 5 mil ha; 40% intercampaña.
Girasol
Con la siembra de la oleaginosa finalizada en diciembre, más de la mitad de la superficie se encontraba en la etapa fenológica R1. El resto de los lotes se distribuye entre un 10% en la fase V3 y un 32% en R7. Está variación en la fenología del cultivo se debe a que la evolución de los cultivos es diferente debido a que algunos se sembraron a fines de agosto, mientras que otros lo hicieron hacia finales de octubre.
A pesar de los desafíos que han provocado estrés tanto por falta de agua como por altas temperaturas, más del 80% de los lotes se encontraban en un estado de desarrollo que va de bueno a excelente.
En cuanto a plagas, los referentes de la zona informaron una incidencia moderada de isoca medidora (Rachiplusia nu).
Sorgo
El avance de siembra del sorgo en diciembre fue del 31%, un ritmo superior al de la campaña pasada, aunque inferior al promedio histórico.
Con el 100% de los lotes en estado fenológico 1, más del 80% de la superficie se encontraba en buen a excelente estado general.
Soja
En diciembre, el avance de siembra se acercó al 10%, un ritmo inferior tanto al de la campaña pasada como al promedio histórico. Según los técnicos zonales, el 100% de los lotes sembrados se encontraba en estado de emergencia (VE), y más del 90% presentaba un estado general entre excelente y bueno.
En cuanto a plagas, se registró una presencia baja a media de las siguientes: picudo negro (Rhyssomatus subtilis), bicho bolita (Armadillidium vulgare), caracol, chinche de los cuernos (Dichelops furcatus), trips (Caliothrips phaseoli), oruga bolillera (Helicoverpa gelotopoeon) y oruga medidora (Rachiplusia nu).
Maíz
El avance de siembra, aunque incipiente, muestra un ritmo superior al de la campaña pasada, aunque sigue siendo inferior al promedio histórico. Según los reportes, una pequeña porción de los lotes sembrados se encuentra en la fase V1, representando el 8% del total. En cambio, más del 50% de los lotes ha alcanzado la fase V5, y más del 30% se encuentra en V8. Estas etapas corresponden al desarrollo de las hojas del maíz, siendo V1 el momento en que se desarrolla la primera hoja, V5 la quinta hoja, y V8 la octava hoja. El avance en estas fases es crucial para el crecimiento vegetativo de la planta, ya que una correcta formación de las hojas asegura una mayor capacidad de fotosíntesis, lo que repercute directamente en el rendimiento final del cultivo. El estado general del cultivo es positivo, con más del 80% de los lotes en condiciones de buen a excelente estado, lo que reflejaría un buen potencial productivo.
Por otro lado, los colaboradores han reportado una incidencia media de cogollero del maíz (Spodoptera frugiperda) y de chicharrita (Dalbulus maidis). El riesgo de la presencia reportada de chicharrita es considerable, ya que su nivel de daño resulta preocupante. Esta plaga es responsable del complejo de achaparramiento del maíz (CSS), una condición que interfiere negativamente en el crecimiento de las plantas, limitando su capacidad de desarrollo vegetativo. Como resultado, el rendimiento del cultivo puede verse significativamente reducido. Además, su presencia en los departamentos de Robles, Juan F. Ibarra, Moreno, Belgrano y Aguirre, junto con la alta presencia de maíz voluntario, aumenta la probabilidad de que el problema se agrave si no se toman las medidas adecuadas para controlarla.